miércoles, 16 de marzo de 2016

El futuro promete



Por: Félix Manuel González Pérez
Si alguien pensó que a los jóvenes cubanos les gusta el videojuego Defense of the Ancients se equivocó lastimosamente. En Cuba la gente ama el Dota y no tiene vergüenza de expresar su amor. 

La multitud que asistió al torneo enlahabana Dota2AllStars lo demostró. Además de repletar el cine Yara del Vedado capitalino, uno de los escenarios más significativos del panorama cultural contemporáneo, este pelotón de entusiastas esperó –con la misma paciencia que vigor- a que fueran solucionados algunos problemas de infraestructura que retrasaron el comienzo de la exhibición. 


Las tres partidas que se jugaron cumplieron su promesa. Estimularon aplausos, risas, gritos y hasta alaridos estridentes que levantaban a la gente de sus asientos. El público elogió y reconoció las destrezas de los jugadores con la misma fuerza que criticó y desestimó sus errores.
Incluso hubo algunos que, en una estampida de insolencia y atrevimiento, se volcaron a desafiar a las estrellas de la primera y anterior edición de enlahabana Dota2Arena celebrada en las instalaciones de Fábrica de Arte Cubano en agosto pasado. 


Por vez primera se usó el Dota 2 Reborn con un servidor dedicado -desarrollado por programadores cubanos- y funcionó sin descalabros. Se jugó una partida en la modalidad de 10 vs 10 -otro hecho sin precedentes- y fue verdaderamente un espectáculo único.
La exhibición cumplió las expectativas. Además de saldar la deuda con los videojugadores cubanos que asistieron a FAC, demostró que en Cuba existe un movimiento de deportes electrónicos que va cobrando fuerza y legitimación, a medida que se produce una apertura en todos los procesos asociados a la cultura electrónica en la Isla. 


Si bien llegamos rezagados -una vez más- a la planificación y desarrollo de competiciones en entornos virtuales; el interés explosivo y la capacidad fecunda de videojugadores y organizadores evidenciaron que los cubanos, además de aprender y experimentar con rapidez, nos ponemos al tanto de los tiempos con la velocidad de un parpadeo.

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